domingo, 17 de abril de 2011

A veces mi estupidez me sorprende tanto.

Está todo bien, es increíble que esté todo bien. Pero claro, siempre algo me tiene que cagar la paz. No me quejo, aprendí de una persona que quiero mucho que no vale la pena quejarse, que hay problemas peores. Mi problema, bah, “problema” (si es que así es apropiado llamarlo) se basa estrictamente es un descuido de él y mío. O sea si hay algo viviendo adentro mío, no puedo culpar a nadie más que a mí misma por tener la cabeza en las nubes, y no en el piso.

Ponele, que da positivo, ¿qué hago? El suicido acá no esta entre las opciones, me parece una alternativa demasiado egoísta. O sea, pendeja, tenes una criatura a la que traer a la vida, y además de matarte a vos, la matas a ese/a bebé/a. Volvamos a MIS opciones: 1) Aborto (cosa desagradable pero esa es la opción que voy a tomar y voy a ser obligada a tomar); 2) Tenerlo y cuidarlo yo (mi sueño, lo que realmente quiero hacer, pero hay que tener en cuenta que tengo 16 años, estoy en 4to año, y cuidar un bebé no es lo mejor en esta etapa); 3) Darlo en adopción (lo pongo como opción como un capricho, porque en realidad, nunca, jamás, daría a mi hijo en adopción, hay tanta maldad afuera que prefiero criarlo con mis propias manos). Y bueno, esas son mis opciones. Já, no tiene sentido decir que tengo opciones…

Ahora, ponele que no estoy. Sigue todo normal, feliz. Sí, suena feo, pero si no estoy, podría vivir mi vida tranquila, sin arrepentimientos, sin ninguna carga, y pudiendo, en el futuro, empezar mi vida de madre sin tener ningún pasado “oscuro” sobre ese tema. Sería genial. Yo sé en el fondo de mi, que no estoy, pero el miedo siempre está. Pero por lo menos, estoy saliendo con el amor de mi vida, al que amo, y estoy feliz porque me hace feliz. Me vuelve tarada.

Pasemos al tema Amistad. ¿Dónde está toda la gente que se hace llamar amigos? no sé… Ya tanto no me jode no tener un “grupo de amigas” ni una mejor amiga. No tengo nada, lo tengo a Tomás. Cada una está en su mundo y se olvidó de mí. No lo digo para dar pena, ni con puchero, ni se me cae ninguna lágrima. Hay que aceptar la realidad, por más fea que sea, hay que tragársela con buena onda y una sonrisa. Y así es como me estoy tomando mi falta de amistades; mirando el lado positivo, o sea, Tomás. Pero extraño a mis amigas, extraño a mi mejor amiga, extraño a mi mejor amigo. Y no paro de extrañar, y no voy a parar porque me parece que pasaría de ser un cubo de hielo (que, aclaro, ya soy) a un súper iceberg. En mi interior, me sigo repitiendo que soy buena persona, que sí, que no hice nada malo, pero evidentemente, hice todo mal y no le presté atención a nadie más que a mí.

Recién me preguntaron, -¿por qué hay que llegar a esto?- Es lo mismo que preguntarse, por qué el cielo es celeste y las nubes blancas. No sé, a los extremos se llegan porque cerramos los ojos mucho tiempo, porque por un segundo decidimos que no importaba cuando en realidad, nos importaba más que nada, porque nos encerramos en nuestra burbuja de amor y paz y cuando esta explota vez la guerra y la muerte  (exageración) por todas partes y no sabes qué mierda hacer con todo eso. Me parece que recién aprendí a que tengo que mirar más a mi alrededor, y no aislarme en mí, como tanto me gusta. En este momento acepté que soy egocéntrica, cosa que todos me reprochan pero nadie se anima a aceptar que también es egocéntrico/a.

Conclusión: Me duelen los ovarios, el cuello, la boca, la lengua, la muela, la garganta, tengo hambre, quiero vomitar por esa puta hamburguesa más grande que yo que me comí y no tengo nada nada de sueño. Pero, soy feliz, sinceramente, feliz.

No hay comentarios:

Publicar un comentario