Hoy tuve muchas ganas. Ganas que no tenía hace un tiempo. Estaba llorando, como una pelotuda, y me tenté. Y me dije- Poquito, así te sentís mejor, sólo una vez, sólo una. ¿Y quién me cree? ni yo. Me preparé un pedazo de grande budín. Se fue mi viejo, me miré al espejo, me vestí, y en vez de hacerlo, me fui a comprar puchos. Llegué y las ganas se me habían ido. Así me auto salvo. No se lo cuento a nadie, ni a mi novio, no quiero dar pena, con mi pena me alcanza y me sobra. Me duele la cabeza, los ojos, el cuerpo. Me siento mal físicamente, necesito un abrazo, fuerte.
Era cerrar los ojos y dejarse llevar. Pero te fuiste yendo.
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